Apreciados ex-pacientes


Gracias por su confianza, por permitirme conocer y tocar su dolor durante todos estos años; espero haber podido servirles y que su vida sea plena y saludable.

Esto, no es una despedida, solo regreso al oficio de escritor que abandoné hace 30 años. 

Si me permiten una última recomendación:

"No mediquen el dolor".


¡Gracias!